Los niños de ahora necesitan saber qué es lo que se espera de ellos y porque se producen las cosas. Ellos perciben claramente que en esta época, es de uso masivo, el siempre tratar de sacar un provecho a todo lo que esté disponible. La inocencia de su pregunta requiere de una simple reflexión; Jovencitos: Compartir es una palabra que tiene muchos conceptos porque se profundiza en las relaciones humanas básicas. Desde que el hombre tuvo necesidad de querer sobrevivir, más allá de lo que su propia capacidad le daba, tuvo que relacionarse con sus congéneres para lograr sobreponerse a sus debilidades individuales y en grupo lograr todos los avances que en la actualidad disfrutamos. Compartir hace referencia a la concesión gratuita de un beneficio que es susceptible de donar sin que exista ninguna obligación por contraer. Es importante compartir el conocimiento, las buenas noticias, la alegría, el optimismo, la confianza, la fe en Dios y… la esperanza. Compartir, también, los malos momentos es parte de nuestra vida, es necesario reconocer que necesitamos comunicarnos con quienes nos aprecian para lograr vencer los problemas y dudas que nos acechan.
Un solo hombre no descubrió nada por sí solo. Antes de él, muchos otros tuvieron la imaginación de proponerlo y así fue creciendo un proyecto hasta lograrse plasmarse en algo concreto. La tecnología del cual estamos haciendo uso se remonta a los comienzos del uso de las matemáticas. Hasta 1837, cuando la imaginación de Charles Babbage, ideo la primera máquina analítica. Mucha agua corrió bajo este puente, porque los hombres de ciencia se dedicaron a estudiar y mejorar semejante proposición. Hoy prender la computadora es tan fácil, es un sueño hecho realidad. Compartimos con muchísimas personas una misma tecnología. Una realidad que nos debe servir en nuestro progreso personal y grupal. El alcance del conocimiento no tiene límites, podemos servirnos de él gracias a que muchos hombres fueron capaces de compartir un mismo objetivo.
Jesucristo nos lo dejo como un legado. Nos enseño a compartir, a dar sin esperar nada a cambio. En esta era de pérdida de valores, esta verdad nos hace esbozar una sonrisa de esperanza. Gracias a este principio, el mundo perdurara mientras existan seres que reconozcan que ser hombres significa reconocer el valor de compartir y tomar las necesidades del propio hermano como medida para las propias acciones, recordando siempre, que todos provenimos de una misma fuente, que los demás existen en nosotros, como nosotros existimos en los demás.
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