sábado, 27 de abril de 2013

ESTABLECIENDO CONEXIONES EN EL CEREBRO



LA PERSEVERANCIA

La voluntad, esta capacidad innata es el motor que guía nuestros actos, es uno de los factores que diferencia  el éxito o el fracaso del ser humano.  La ciencia la estudia, la sicología la analiza, la filosofía le confiere su capacidad inconmensurable, y sin embargo es un don que todos  tenemos y que podemos utilizar  sin que en ello medie nadie más.  Si la voluntad es fuerte, de seguro se llegará al objetivo trazado, mas, si esta es débil buscará muchas justificaciones  o razones que esgrimir.  Pero, que es lo que determina el grado de voluntad en el hombre,  que mecanismo es el que puede movernos a lograr conseguir nuestros más caros anhelos o enterrarnos en los oscurantismos de una vida mediocre.  El gran amigo que nos acompañara y sostendrá en lograr nuestro objetivo  es un elemento que día a día  nos guiara en el camino trazado: la perseverancia.
LA PERSEVERANCIA NOS AYUDA A SUPERARNOS

La perseverancia es la gota diaria que colmará el vaso que degustaremos como la victoria que se logra en el continuo hacer de nuestra vida.  No es fácil de seguir, a menudo encontramos múltiples formas de evadirla,  la fría  rapidez del diario vivir nos hace creer que no vale la pena.  En esta época donde todo lo queremos ya, cuando el hombre fantasea que la vida se vive en un minuto, no nos damos cuenta que solo sosteniendo una voluntad férrea podremos lograr mejoras o victorias sobre los  grandes enemigos que enturbian nuestra vida.
Tuve la oportunidad de medir la perseverancia en un grupo de 120 estudiantes universitarios de diversos centros de estudio.  La oferta de un empleo eventual, que ayude en su  economia, fue el motivo de convocarlos.  Para lograrlo ellos tenían que pasar por una serie de pasos para conseguir su inscripción, luego tendrían que pasar por unas  evaluaciones.  Un 30% desistió por lo engorroso del trámite por la dificultad que representaba para ellos el gasto en documentación requerida , el resto siguió adelante, logrando conseguir beneficiarse con  el trabajo y  abriéndose un espacio laboral más amplio y una visión más profunda de la realidad que los circunda. 
La voluntad  no tiene edad, sexo, razón social o alguna etiqueta establecida.  Es un don que urgentemente necesitamos emplear, tenemos que fortalecerla a diario y para esto contamos con un gran ayudante: la perseverancia,  que lenta e inexorable establece nuevas conexiones  en nuestro cerebro, con ella  se activan  habilidades que permanecen  ocultas.  La desidia, el desencanto, la desmotivación son sus grandes enemigas.
 Es gracias la perseverancia que la humanidad ha recibido de los hombres los más grandes testimonios de grandeza.  Esta virtud está ahí en nosotros mismos, esperándonos

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