martes, 4 de septiembre de 2012

LA LIBERTAD DE SER

LA LIBERTAD..
 La libertad de poder decidir y elegir es un bien inalienable que el hombre tiene que saber preservar, que a menudo olvidamos cuando nos dejamos encasillar en viejos prejuicios.  Cada día simplemente amanece y el hilo de nuestra vida continua sin casi darnos cuenta. Olvidamos que en este transcurrir estamos dejando parte de la vida que no retornará, a veces alcanzamos objetivos largamente acariciados  y  luego de saborear  nuestro  éxito nos sentimos nuevamente vacios.  Es que la libertad de proponer nuestros objetivos sin un ideal es una cárcel de barrotes imaginarios del cual solo salen quienes se atreven a vivir plenamente, sin egoísmos. El hombre que va por la vida sin realizar sus ideales no tiene jamás descanso en su necesidad de poseer. Es ser vacio que le tiene miedo a logros que no se puede comprar

El ideal, que es lo cercano al amor puro que propone Jesucristo, está dentro de cada uno de nosotros pues es innato a la condición del ser social.  Es un elemento trascendental que acerca al hombre y la naturaleza,  proponiendo un binomio que necesita vivir en armonía para que este mundo exista. El hombre tiene como herramienta a la ciencia y la naturaleza tiene sus propias leyes
Científicos como Albert Einstein, reconocen que estamos sujetos a leyes trascendentales que van más allá del conocimiento del hombre, que somos sólo un elemento de la naturaleza.  Estamos en este mundo y lo gobernamos todos y cada uno de nosotros. Analicemos y busquemos nuestros ideales para llevarlos a cabo, así no tiene la cabida el reclamo ciego y el andar perdido que muchas veces nos acomete.














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